Partimos desde Vilamarín -Orense, estábamos un poco nerviosos, para que os hagais una idea era como si nos hubieramos tragado un palo, no había ningún motivo aparente, los nervios del viaje, y la incertidumbre, concentrados en el estómago de los tres.
Salimos alrrededor de las 16:00, porque tuvimos un pequeño percance con una de las matrículas del remolque pero todo se solucionó enseguida, cargamos el caballo, las maletas en el coche y subimos en el,los cinco, para emprender el viaje.
Al subir al coche, la sensación fue de tranquilidad, nos sentimos cómodos enseguida pues nos daba mucha paz ir con gente de confianza, quizás una buena oportunidad para conocernos un poco mejor todos, ya que siete horas de viaje dan para mucho.
Creo que no nos decepcionamos ninguno, y todos nos sorprendimos de todos siempre con mucho respeto y saber estar.
Llegamos al hotel alrrededor de las 22:00, nos sorprendimos gratamente porque era fantástico
muy bonito, acogedor, el personal muy atento y amable, siempre fijandose en pequeños detalles que agradecimos y que siempre gustan .Por fin! habiamos roto el maleficio.
Todo encajaba bien y sin sorpresas de ultima hora. Quizás Madrid no encaja demasiado en nosotros ó nosotros en él pero no por nada especial, si no que es una sensación de soledad que te embarga, es como si estuvieras abandonado , es algo interno, como una impresión, que no pasa en otras ciudades.
Que decir tiene que la organización fue perfecta y siempre nos sentimos apoyados por la misma.
Después en los días de competición, a uno siempre le queda un pequeño vacío como que se pudo haber hecho mejor, y me quedé un poco mal agusto,como incómodo pero bueno, siempre con la intención de mejorar y seguir adelante.
Salimos alrrededor de las 16:00, porque tuvimos un pequeño percance con una de las matrículas del remolque pero todo se solucionó enseguida, cargamos el caballo, las maletas en el coche y subimos en el,los cinco, para emprender el viaje.
Al subir al coche, la sensación fue de tranquilidad, nos sentimos cómodos enseguida pues nos daba mucha paz ir con gente de confianza, quizás una buena oportunidad para conocernos un poco mejor todos, ya que siete horas de viaje dan para mucho.
Creo que no nos decepcionamos ninguno, y todos nos sorprendimos de todos siempre con mucho respeto y saber estar.
Llegamos al hotel alrrededor de las 22:00, nos sorprendimos gratamente porque era fantástico
muy bonito, acogedor, el personal muy atento y amable, siempre fijandose en pequeños detalles que agradecimos y que siempre gustan .Por fin! habiamos roto el maleficio.
Todo encajaba bien y sin sorpresas de ultima hora. Quizás Madrid no encaja demasiado en nosotros ó nosotros en él pero no por nada especial, si no que es una sensación de soledad que te embarga, es como si estuvieras abandonado , es algo interno, como una impresión, que no pasa en otras ciudades.
Que decir tiene que la organización fue perfecta y siempre nos sentimos apoyados por la misma.
Después en los días de competición, a uno siempre le queda un pequeño vacío como que se pudo haber hecho mejor, y me quedé un poco mal agusto,como incómodo pero bueno, siempre con la intención de mejorar y seguir adelante.
Qué buena experiencia! Lo mejor fue la interacción del grupo, eso afianza y une, por lo tanto hay mejor rendimiento. Un abrazo
ResponderEliminar